EL RETRATO DE JUANITO LAGUNA
En 1961, Antonio Berni realiza un retrato de Juanito Laguna que marca un giro en su producción plástica. Se trata de la imagen de un niño cuyo rostro es un collage construido con fragmentos de diferentes materiales: los dientes son de fleje, el cabello y las cejas son de estopa, la piel es de diferentes telas y metales herrumbrados. En algunos puntos, inclusive, este rostro se confunde con el fondo realizado con madera de cajones de fruta.
El personaje de Juanito había aparecido por primera vez en la obra de Berni a fines de la década del '50 y, con el tiempo, fue tomando la forma de una serie narrativa: unas veinticinco pinturas con escenas de la vida de este niño-adolescente que vive en una villa miseria cerca del bañado del bajo Flores. Si bien el primer Juanito fue pintado al óleo, en una estética expresionista, pronto Berni cambia su concepto y comienza a presentar sus cuadros realizándolos con arpilleras, trozos de madera, hojalatas oxidadas, fragmentos de objetos en desuso.
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